En Mercedes tienen un problema y de los gordos. Y es que la renovación del GLC ha suscitado mucha polémica. No tanto por su diseño ni por su potencia, sino por el elevado coste de un modelo que no cuenta con un equipamiento tan excepcional como su competencia.
Presentado en el último Salón de Ginebra, el nuevo GLC tiene muchos componentes derivados de su hermano mayor, el GLE. Entre otras su parrilla central y su grupo óptico delantero.
También se han actualizado la gama de colores así como sus llantas. Ahora podremos escoger entre tamaños comprendidos entre las 17 y las 20 pulgadas, aunque las de 19 20 estarán solo disponibles en los acabados AMG.
El nuevo Mercedes GLC
Donde sí que hay más novedades es en el interior. Y es que el nuevo GLC estrenará el cuadro de instrumentos digital con una pantalla de 12 pulgadas asociada con una central. Además, ambas estarán vinculadas al sistema MBUX estrenado hace poco por el nuevo Clase A.
En cuanto a los motores son cinco las opciones. Dos en gasolina de 197 y 258 caballos de potencia y tres diésel de 163, 194 y 245 caballos. Eso sí, toda esta serie de novedades quedan empañadas con el problema del precio.
Obviamente es un modelo de esos que aceleran el corazón simplemente con verlo, pero el alto coste en comparación con modelos de la competencia le restan muchos puntos. En Mercedes son conscientes de ello, y es probable que se revise el precio de cara a la versión Coupé del GLC. Veremos. De momento este ‘pero’ está dando mucho de qué hablar.