Koné, verticalidad y gol para el ataque herculino
Mamadou Koné se ha convertido en el sexto fichaje del Deportivo de La Coruña de cara a la próxima temporada. Se trata de un atacante marfileño de 29 años que llega al conjunto herculino procedente del CD Leganés para reforzar una zona del terreno de juego en la que el club ha perdido a dos de las piezas más importantes de la plantilla hasta sus respectivas salidas, Quique González y Carlos Fernández.
A sus 27 años, Koné llega al Dépor en calidad de cedido por una temporada desde el Leganés, si bien es cierto que la pasada campaña jugó a préstamo en el Málaga CF, con el que apenas tuvo minutos debido a las constantes lesiones, las cuales han marcado su carrera. Con los andaluces disputó un total de 10 partidos entre el campeonato doméstico, la Copa del Rey y el play off de ascenso a LaLiga Santander, con dos tantos y otras dos asistencias de gol en su cuenta personal.
Se trata de un atacante que destaca por su velocidad y agilidad, lo que le llevó a convertirse en uno de los jugadores más destacados de la categoría de bronce hace seis temporadas, de la mano del Racing de Santander, donde mostró su mejor fútbol, logrando el ascenso a LaLiga 1|2|3, pero a la campaña siguiente se lesionó cuando sumaba siete goles en 15 partidos. Después pasó por el Real Oviedo, donde también demostró su nivel, pero una vez llegó al Leganés, la cosa no le ha ido como deseara, ni en el club pepinero, ni en sus cesiones al KAS Eupen belga.
De 1.76 metros de altura, su posición natural es la de delantero centro, pero realmente puede jugar en todo el frente de ataque. Estas últimas temporadas también ha jugado en la media punta, e incluso en ambas bandas. Destaca por su velocidad y potencia en el tiro, y tampoco está falto de fuerza. Unas características que unidas a su salto, le hacen ir bastante bien en el juego aéreo pese a que no se trata de un jugador excesivamente alto ni corpulento.
Con su llegada al Dépor, Koné cuenta con una nueva oportunidad de resarcirse y volver a demostrar el verdadero nivel que atesora en sus botas. El objetivo es el ascenso, y si los herculinos acaban logrando, a buen seguro será, en parte, merced a la aportación del marfileño.