El Deportivo se presentará ante su público este mismo sábado en el Teresa Herrera. Tras cuatro partidos amistosos, aunque es pronto para sacar conclusiones, se empiezan a ver los primeros detalles de un equipo con bastante rodaje. Mantener a parte del grueso ha permitido a Borja Jiménez que su equipo parta con muchos de los automatismos del curso pasado ya aprendidos. El principal cambio que estamos viendo hasta el momento es la figura de un '10'. En este artículo hablaremos de algunos de los movimientos ofensivos que está repitiendo el Deporitvo.
Afirmó Borja Jiménez que la derrota serviría de aprendizaje; que la metodología cambiaría y veríamos un Deportivo distinto, con mucho del anterior, pero otros conceptos que habría que pulir en función del perfil de los futbolistas. La nueva escuadra blanquiazul ya muestra sus primeros retoques: el P-4-3-3 ha dado paso a un marcado P-4-2-3-1 con doble pivote en el que nace una nueva figura: el '10'. Además, el Dépor asume mayores riesgos en salida de balón y se juega menos en largo ante la falta de un perfil como Miku.
La variación más importante la vemos en el punto de partida del centro del campo. La idea de tres centrocampistas, con Juergen, Bergantiños y Villares ha dado paso a un sistema en el que el Dépor utiliza dos mediocentros puros por detrás de un mediapunta. Ambos centrocampistas emparejados a la misma altura, encargados de varias tareas: desde dar apoyo lateral en salida de balón para facilitar la subida del carrilero (movimiento que se replica del pasado curso y que ahora se realiza con el mediocentro del lado natural apoyando al central por el exterior, y el mediocentro opuesto cerrando por dentro para dar otro apoyo y vigilar la pérdida).
Estos movimientos del mediocentro los explicó Diego Villares en rueda de prensa tras el amistoso en Viveiro, destacando a Isi como filtrador y a Mario como figura en la mediapunta.
El Deportivo 22/23 trata de mecanizar varios movimientos en banda cuando el equipo trata de progresar ante una defensa posicional. En estático, cuando la pelota empieza a rodar, vemos como los laterales (principalmente el del lado natural hacia donde va la posesión) ganan mucha altura. Como decíamos antes, el mediocentro de ese mismo perfil cae al costado para recibir con espacio y orientado. Para la correcta progresión del lateral, el extremo aparece por dentro, arrastrando al lateral defensor y permitiendo la subida del carrilero sin oposición. El lado donde más se ha repetido es con Quiles-Antoñito, que han formado una gran dupla. El sevillano prolongándose y llegando repetidamente a línea de fondo para cargar el área, mientras que el atacante, además de arrastrar, también le hemos visto recibir de espaldas y girar entre líneas para luego buscar el disparo, combinar con Mario para buscar el lado opuesto, o un dos contra uno junto a Antoñito.
Aquí también vemos otras dos figuras jugar con los desmarques de apoyo y ruptura. Mario Soriano, que parte desde la mediapunta, busca inicialmente dar un apoyo entre líneas, para poder girar y atacar a la última línea de zagueros. Cuando no aparecen espacios o los mediocentros no se atreven con un pase vertical, hemos visto a Mario optar o bien por retrasar su posición para dar una salida extra en el medio, o bien a Gorka Santaría arrastrar a su marcar y a Mario romper al espacio. En el lado opuesto, también se han visto jugadas en las que, cuando la derecha se vuelve el lado fuerte, por el lado débil rompe el extremo a la espalda. Como en la secuencia del 3-0 ante la Ponferradina, en la que, tras acumular rivales en banda derecha, Bergantiños busca una diagonal a la carrera de Narro.
Nueva situación hipotética en la que, en construcción, Jaime divide a su marca y combina con Villares, que lateraliza por derecha, donde está el espacio. Entonces Quiles se mueve hacia dentro, para ocupar los espacios intermedios ya mencionados. Villares busca dividir al extremo zurdo, que o bien cierra el pase interior, o bien salta; si salta, Villares puede encontrar a Antoñito en banda o a Quiles, y que este decida si girar (si tiene espacio) o pasar a Antoñito, buscando activar así la figura del tercer hombre e identificándose el atacante como el segundo receptor y paso intermedio para llegar al lateral. Antoñito tiene espacio si el arrastre de Quiles ha cumplido su efecto atrayendo al lateral de su lado.
En caso de que la estructura rival no ceda, o tape bien los espacios tanto por dentro como luego el emparejamiento entre laterales, el Dépor busca acumular rivales en una zona. El objetivo es vaciar el costado opuesto para cambiar rápido de orientación o combinar por dentro. Aquí, es clave el mediocentro del eje (bien Bergantiños en el caso expuesto, o cualquier otro jugar) que cierra. También Mario Soriano por dentro (o el mediapunta que juegue). Ambos serán los encargados de girar por dentro y buscar el lado opuesto. El mediocentro más retrasado, con un pase claro al lateral o una diagonal más directa al extremo; el mediapunta entre líneas, con menos tiempo para conducir, pero más cerca del área rival. Ahí, Mario Soriano se desenvuelve a las mil maravillas.
En esta situación se expone a Bergantiños como poseedor y eje. En pretemporada se han visto distintos casos como es lógico de ir de lado a lado, no es algo inmutable. Entre otros movimientos, lo que más abunda es, si Soriano no puede recibir entre líneas, retrasa una altura para combinar desde la zona de los interiores. También, hemos visto como Carnero puede aparecer por dentro o por fuera, según si Víctor Narro se abre para recibir en el extremo del campo o, como en el ejemplo de la imagen, busca una ruptura al espacio entre central y lateral rival. Aquí es importante el papel de Gorka, siempre silencioso, toca poco balón, pero atrae y arrastra marcas de manera continuada.
En este caso, vemos cómo Mario al recibir entre líneas y venir de izquierda busca el lado opuesto. Quiles, por dentro, además de arrastrar, tiene la opción de atacar el espacio a la espalda de los zagueros. Ese es el pase difícil. Pero el más repetido ha sido hacia Antoñito, un cañón en esta pretemporada, que llegando desde atrás se encuentra la banda vaciada para luego poder sacar un centro. Desde ahí, buscar un centro al área, donde Gorka llega desde atrás, Quiles entra a rematar y Soriano y Narro a una posible segunda jugada.
Estos son algunos ejemplos de lo que estamos viendo en pretemporada. Los centrales, como el curso pasado, también son parte fundamental en la construcción del juego. Desde las incursiones de Jaime, los desplazamientos de Lapeña, o el simple hecho de conducir para dividir o dar continuidad a la jugada de forma segura. A lo largo de la temporada el Dépor irá puliendo todos estos factores y ganando nuevos registros.
Borja Jiménez es un técnico metódico que no se conforma con tener 3-4 movimientos trabajados, por lo que buscará alternativas, en espacial cuando el equipo se enfrente a bloques bajos con los que los arrastres no surjan efecto. También ante rivales que, como el Castilla, presionen alto y supongan nuevas preguntas a resolver. La temporada es larga y cada rival supondrá una interrogante distinta que la pizarra, la calidad individual o la suerte, deberán despejar.