El Deportivo está construyendo una plantilla de gran nivel. Corta, pero con talento y alternativas para que Borja Jiménez comande al equipo directo al ascenso a LaLiga SmartBank. Los herculinos han fichado todo lo que han intentado, arrebatando movimientos a otros equipos. Desde Isi Gómez hasta Rubén Díez, pasando por el fichaje 'galáctico' de Ibai Gómez. La fórmula del éxito no reside en las cantidades económicas que los coruñeses puedan ofrecer, sino en el entorno. Todos quieren jugar en Riazor.
Es el secreto peor guardado, pues cada futbolista que habla ante la prensa lo reconoce. El último, Rubén Díez. "Si te llama el Dépor no puedes decirle que no", explicó sobre su llegada a la entidad herculina. Algo que se ha repetido en muchos casos e, incluso, ha ido más allá. Porque como contó Borja Jiménez, hay futbolistas que llaman para jugar en A Coruña.
Un caso claro es el de Ibai Gómez. Un fichaje de otra categoría que no solo ha aceptado bajar a Primera División RFEF, sino que ha sido él mismo quien se ofreció para firmar. El primer contacto lo realizó el extremo vasco, consciente de lo que es Marineda y lo que se puede vivir en Riazor. Más allá del tema económico, la pasión de la afición blanquiazul no se encuentra en otros campos de la categoría.
No es el único caso, pues Isi Gómez, por ejemplo, lo tenía cerrado con el Córdoba. Pero la llamada desde Plaza Pontevedra le hizo cambiar de idea en el último momento. Los jugadores son conscientes de lo que puede significar jugar en el Deportivo. De momento, casi 16.000 socios que irán al estadio cada semana (y serán más); un estadio en el que se ha jugado Champions League y una camiseta que ha visto arrodillarse a equipos como el AC Milan. Además, un proyecto que volverá a pelear por todo -se logre o no- y cuya línea ascendente debe alcanzar lLaLiga Santander. El doble ascenso con el que sueña Ibai Gómez.
Pero, no solo eso. El Deportivo ofrece una ciudad deportiva y unas instalaciones propias del fútbol de élite. Abegondo, el staff o las comodidades de un club que vive su letargo particular y aspira a revivir las grandes noches en Riazor.
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Las mentiras se pagan con decepciones