El FC Barcelona ha tenido un verano bastante movido con varios futbolistas que estuvieron muy cerca de llegar a Can Barça, se convirtieron en culebrones y finalmente terminaron en otros destinos. El presidente, Josep Maria Bartomeu, junto al encargado de la parcela deportiva, Eric Abidal, no apostaron por una cosa o por otra por ellos y finalmente parece que pudieron acertar.
El principal caso fue el de Neymar, que no se movió de París. El nombre del brasileño se ha relacionado con el Barcelona a lo largo de todo el verano, hasta el punto de que los dirigentes del club azulgrana llegaron a viajar en varias ocasiones a la capital francesa para negociar personalmente un posible traspaso que nunca se dio.
Todas las propuestas fueron rechazadas por la entidad parisina. El delantero mostró interés en volver a la ciudad condal pero, tras pagar su cláusula de rescisión hace dos años, el PSG tenía claro que no revendería al jugador por una cantidad inferior. Esto dificultó demasiado que la operación pudiera llegar a buen puerto.
La realidad es que, aunque empezó con buen pie la temporada, a Neymar no le está yendo como a él le gustaría. Sin ir más lejos, se lesionó jugando con brasil a principios de octubre y estará un mes alejado de los terrenos de juego. A esto hay que sumarle que el jugador aún no ha podido debutar en Champions y llegará muy justo al duelo europeo contra el Real Madrid, ya de la segunda vuelta de la fase de grupos. Aunque es seria duda, es uno de los partidos del año y el brasileño lo tiene marcado en rojo.
Luka Jovic era uno de los delanteros que pretendía el Barça para la transición del '9', con Suárez a las puertas de su 33 cumpleaños. El serbio terminó recalando en las filas del Real Madrid, y su comienzo de temporada no puede ser más desesperanzador para el conjunto blanco. Aún no sabe lo que es marcar, ni en la pretemporada ni en lo que llevamos de temporada. Al Madrid le costó 60 millones de euros hacerse con sus servicios, un millonada que pesa mucho sobre la espalda del jugador que, entre lesiones, pocas oportunidades y otras pocas que ha tenido desaprovechadas, no consigue ver la luz en esta nueva etapa.
Matthijs de Ligt y Adrien Rabiot son dos de los mayores culebrones que ha vivido el Barcelona este verano, ambos jugadores jóvenes de una inmensa proyección y que terminaron en el mismo equipo: la Juventus. En el caso del francés, a coste cero, ya que llegó con la carta de libertad bajo el brazo.
Rabiot y la directiva azulgrana llevaban en conversaciones desde mucho antes de verano, todo parecía más que atado, pero finalmente el club se decidió por De Jong, terminando Adrien en la Juve, equipo en el que apenas está jugando, y mucho menos rindiendo. El centrocampista continúa así la pesadilla que inició en el PSG, cuando fue prácticamente "apartado" del equipo ante su negativa de renovar el contrato. Veremos cuánto dura su calvario.
De Ligt, en cambio, llegó previo pago de 85 millones de euros. El segundo defensa más caro de la historia no está demostrando lo que se esperaba de él; fallos defensivos inaceptables, goles en propia puerta e infinidad de inseguridades están complicándole que esté al nivel del mejor club de Italia.
El internacional holandés ha sufrido una lluvia de críticas en las últimas semanas, condicionadas por su pobre rendimiento en la Serie A, muy lejos del jugador que maravilló a Europa la temporada pasada jugando en el Ajax.
El joven defensa ha estado relacionado con el Barcelona a lo largo de todo el verano, pero constantes desencuentros en las negociaciones provocaron que los culés decidieran no ir a por el holandés. De ligt se convierte, de esta forma, en otro jugador pretendido por el Barça que ficha por otro equipo y empieza la temporada dando bastante que hablar, y no precisamente en el plano positivo.