Pese a haber utilizado a 29 futbolistas entre lo que va de LaLiga 1|2|3 y la eliminatoria de Copa del Rey, puede apreciarse con claridad el esqueleto del que dispone Juan Ramón Muñiz en este Málaga. Jugadores primordiales en los esquemas del asturiano, que pasaron los 1.000 minutos de juego en este primer tramo de competición. Si se dividen los 10 jugadores de campos por duos, el técnico tiene cristalinos la mayoría. Los ha modificado por lesiones, sanciones o compromisos internacionales. En condiciones óptimas, las jerarquías parecen claras. Sin embargo, hay una pareja que aún baila, la de los extremos.
En las alas el gijonés todavía no encontró una combinación que le satisfaga por completo. Seguramente por los diferentes perfiles con los que cuenta para jugar pegado a la cal. Quizá la elección de esa dupla dependa del planteamiento del partido o del rival. Está el vértigo, la pausa y el término medio. Sea como fuere, el entrenador del club de Martiricos utilizó hasta la fecha a ocho jugadores diferentes en esa posición. Juankar (ahora lesionado de larga duración), Juanpi, Renato Santos, Ontiveros, Pacheco, Mula o Hicham entraron al menos un partido desde el inicio en las bandas. Es su principal quebradero de cabeza.
Resulta curioso la elección de las parejas, repitiendo consecutivamente en el once titular en dos ocasiones. El denominador común en ambos escenarios es Juanpi, que empezó en el ostracismo y se ganó la confianza con el tren en marcha. En este punto es casi un fijo. Lo combinó Muñiz con Ontiveros (Rayo Majadahonda y Deportivo) y con Pacheco, con el que más jugó de forma encadenada (Numancia, Osasuna y Sporting). La lesión del venezolano obligó a modificar la hoja de ruta al técnico, que ante el Nástic dio una nueva vuelta de hoja. Reapareció Renato Santos, un fijo hasta su lesión y que hizo méritos para opositar a ello de nuevo, y Ontiveros. La situación vuelve al punto de partida.
No obstante, sí hay patrones que se repiten, que responde a roles más definidos. El más claro es el de Hicham, que excepto ante el Córdoba, lo utilizó para agitar los encuentros. El marroquí, que perdió fuelle en la época reciente, tiene mucho desborde y descaro, cualidades eficaces para abrir defensas o sellar los partidos. Es el ejemplo más claro de un rol definido. El resto responde a planteamientos más concretos de partido, entrando a valorar las características de cada jugador.
La distribución de los minutos, Ontiveros y Pacheco fueron los que más jugaron, demuestra que el reparto no es tan igualitario, pero que la meritocracia en las bandas es total. A excepción de Juankar y Mula, de baja hasta 2019, todos están en condiciones óptimas para salir al césped. A la compleja ecuación se une Haksabanovic, con condiciones para jugar también como extremo y que hace unos días descorchó el tapón. En estos días, seis jugadores para dos posiciones. Es la pista de baile de Juan Ramón Muñiz, donde aún no encuentra pareja.