La tuvo Blanco Leschuk para adelantar al Málaga ante el Dépor en el minuto 48. Recogió un balón en el área tras un error del meta gallego y se quedó solo en boca de gol, pero su disparo fue demasiado centrado y el propio Dani Giménez la mandó a córner. El argentino le dará muchísimas vueltas a esa acción, más aun después de la sequía goleadora que atraviesa. Blanco no marca desde desde el partido ante el Numancia (29 de octubre de 2018), pero el vestuario y la afición está con él.
Muñiz, cuestionado por el momento del ariete de Mendoza, sacó la cara por él y dejó claro que lo único que espera es que no se obsesione con el gol: "Más que preocuparme que no tenga esos momentos de fortuna, algo que le pasa a todos los delanteros, lo que me preocupa es que se coma la cabeza con esa situación. Hay dos tipos de delanteros, uno que sólo vive del gol y que si no lo hace no la toca, y otros que participan en muchas acciones. Y Gustavo es de esos, no sólo vive del gol porque el equipo se beneficia de todas las cosas que hace bien. No me preocupa siempre que no se obsesione con eso, aunque él sea feliz con el gol como delantero que es. Lo más importante es el equipo, si no marca él marcará otro compañero por una acción suya. Tiene que estar tranquilo, estamos hablando de un gran jugador".
No sólo le echó un capote el entrenador blanquiazul. Los dos compañeros que atendieron a los medios de comunicación en zona mixta tras el encuentro, Pau Torres y N'Diaye, también sacaron la cara por Blanco Leschuk. "Vendrán buenas rachas, nos da otras cosas más positivas. Confiamos en él a muerte", decía el castellonense sobre el argentino. En la misma línea se mostró el senegalés: "Le falta el gol, pero trabajo mucho para el equipo. Es un jugador muy importante, hace un gran trabajo para nosotros".
Es evidente que un delantero no puede estar del todo satisfecho tras casi cuatro meses sin ver puerta. Además, este domingo fue sustituido por primera vez esta temporada a los 60 minutos de partido. Desde que se ganó la titularidad en la tercera jornada, Blanco Leschuk siempre había jugado al menos los primeros 70 minutos de todos los encuentros en los que había participado. Ante el Dépor, Muñiz creyó oportuno dar entrada algo antes a Seleznyov, un cambio que explicó así: "En el equipo hay 27 jugadores, cualquiera puede participar y el que sea tiene que poner su granito de arena desde donde le toque. Pensábamos que era una opción interesante en ese momento y por eso hicimos el cambio.
Una sustitución que, por otro lado, sirvió para que el argentino comprobara en sus propias carnes algo que debe ser importante para él. La Rosaleda no tiene dudas de su rendimiento. La afición es perfectamente consciente de que no está acertado cara a gol, pero también premian su incansable trabajo y su capacidad para generar juego, para bajar balones, para combinar con sus compañeros... Y se lo demostró con una ovación cuando fue sustituido en el minuto 15 de la segunda mitad.