En el peor momento posible, el proyecto del Málaga para tratar de regresar a Primera se tambalea, y de qué manera... El equipo lleva meses caído, pero un par de victorias con más fortuna que mérito suavizaron la caída. Sin embargo, la durísima derrota ante el Extremadura pone al Málaga al borde del precipicio y a Muñiz en el centro de la diana.De hecho, el club ya ha comunicado al técnico este domingo que está despedido, aunque su salida aún no es oficial.
Que el entrenador asturiano no ha sabido dar con la tecla en estas últimas semanas es evidente. El conjunto blanquiazul sigue siendo plano, no es capaz de generar un caudal ofensivo acorde a lo que por plantilla debería, y le cuesta un mundo marcar un gol, sea quien sea el rival. El ascenso directo sigue a seis puntos, a la espera de lo que haga el Albacete, y el Cádiz y el Mallorca pasarían al Málaga si ganan esta jornada, aunque el equipo blanquiazul seguirá una semana más en puestos de play off de ascenso pase lo que pase. Pero las sensaciones no pueden ser peores, y este sábado La Rosaleda se plantó contra todos, contra Muñiz, contra el presidente Al-Thani y contra los jugadores.
Se libró José Luis Pérez Caminero, director deportivo del club y también responsable. Y es que, como en cualquier situación de crisis de este estilo, apuntar en una única dirección sería injusto y desproporcionado. Muñiz está en el alambre, pero destituyan o no al entrenador asturiano, lo preocupante es que el proyecto blanquiazul se tambalea en el peor momento, cuando el Málaga se está jugando de todas todas el ascenso a Primera.
El presidente del club blanquiazul Abdullah Al-Thani mostró su descontento a través de Twitter dejando entrever que la derrota ante el Extremadura acarreará consecuencias. La cuerda se suele romper por lugar más débil, que no es otro que el banquillo. Habrá que ver si el cambio de técnico sirve de estímulo para unos jugadores que empiezan a mostrar preocupantes síntomas de bloqueo. Lo alarmante es que el plan diseñado, que también empezó allá por agosto, se desmorona en la peor coyuntura posible.