Este fin de semana el Mirandés-Zaragoza tuvo que ser aplazado a causa de las impracticables condiciones del terreno de juego de Anduva, que no soportó las fuertes lluvias caídas en Miranda del Ebro durante los últimos días. El próximo rival del Málaga CF, así, deberá buscar junto al conjunto maño una nueva fecha para la disputa del encuentro. De momento, los de Iraola siguen mirando al cielo cara al próximo jueves, día en el que está prevista en Anduva la celebración del duelo de Copa entre el Mirandés y el Celta.
Un choque que también está pendiente de lo que diga la climatología. Y es que las previsiones indican que las lluvias -incluso la nieve- continuarán al menos hasta la tarde del miércoles. En principio el partido debería disputarse, pero de prorrogarse la lluvia más de lo que está previsto el asunto podría variar drásticamente. Y es que el problema no es tanto la lluvia o la nieve, sino las dificultades y la mala infraestructura de Anduva en cuanto al drenaje.
Así las cosas, el Mirandés, que regresó a los entrenamientos este lunes, podría aterrizar en La Rosaleda tras 10 días sin competir en el caso de que vea también aplazado su partido de Copa del Rey. No obstante, la tortilla da la vuelta completamente si el partido se juega, ya que los rojillos llegarían con menos descanso en sus piernas. Cabe recordar que no disputa un partido oficial desde el pasado miércoles, día en el que dio un zarpazo inesperado en el Ramón de Carranza (3-3) tras anotar dos goles ya en el tiempo añadido.