Historias de una cuarentena: el Cautivo y la Trinidad en las espinillas de un 'Tiburón'

Hoy no debía ser un lunes más. Hoy es Lunes Santo, y a esta hora Jesús Cautivo ya debía estar recorriendo las calles de Málaga por pleno barrio de la Trinidad. Pero no, el coronavirus tiene confinado al Señor de Málaga y cautivos a nosotros. Ha tenido tradición histórica la imagen señera de la Semana Santa malagueña en el vestuario blanquiazul. Los utilleros del equipo, Miguel Zambrana y Juan Carlos Salcedo, tienen buena culpa de que muchos futbolistas, no sólo José María Movilla, el más conocido por su profundo fervor, se hayan convertido en devotos del Cautivo.

El último de ellos, al menos que se sepa, porque estas son pasiones que en muchos casos se alojan en la intimidad de cada uno, fue el exdelantero del Málaga CF Gustavo Blanco Leschuk, ahora en las filas del Antalyaspor turco, y que, al menos el curso pasado, lucía en sus espinilleras la imagen de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Málaga, acompañado de la Virgen de la Trinidad. En los meses que estuvo en Martiricos, el ‘Tiburón’ siempre se mostró muy arraigado e involucrado con todo lo que rodeaba a la ciudad, a la afición y al club. Aún sueña con volver volver algún día y así lo reconoce.

Hoy, aunque a muchos kilómetros de distancia de la Costa del Sol, también echará de menos al Cautivo por las calles de la ciudad.