El Málaga CF ha tardado 57 días en volver a sentirse un equipo profesional al uso. Fue el 13 de marzo cuando el club suspendió un entrenamiento en el que tenía previsto un partidillo contra el filial, cuando aún ni se barruntaba lo que estaba por venir por culpa del coronavirus. El fútbol -y la vida tal y como la conocíamos- quedó desterrada. Hasta hoy, al menos para el Málaga. Este sábado ha supuesto la vuelta a los entrenamientos para el equipo, en una primera fase de trabajo individual y después de que los 30 jugadores llamados por Pellicer (además de otros miembros del club) pasaran el pasado martes los dos test del COVID-19, cuyos resultados están sometidos a protección de datos, por lo que son de carácter privado
A las 9.00 horas estaban citados los futbolistas, aunque algunos aparecieron antes de la hora fijada. Los más madrugadores, como el caso de Diego González, dieron cuenta en sus redes sociales de la vuelta a La Rosaleda para, al fin, calzarse las botas. El chiclanero mostró una seña importante de cómo será el día a día al menos en esta primera fase: todos los jugadores deben llegar vestidos con la ropa de trabajo desde casa y, al llegar a las remozadas instalaciones de Martiricos, bajarán de sus vehículos para iniciar el entrenamiento. Las sesiones se llevarán a cabo tanto en La Rosaleda como en el Anexo y, según señaló el club, en dos turnos (uno de mañana y otro de tarde). El Málaga compartió en redes (ver imagen inferior) una fotografía del verde de La Rosaleda adaptado para la sesión de hoy.
Se hizo por turnos, con una diferencia de 15 minutos entre uno y otro, como especificó el Málaga. "La sesión ha estado marcada por el uso individual del balón, carrera continua y han usado elementos como picas y conos debidamente colocados y desinfectados", aclaró el cuadro blanquiazul, que pormenorizó los detalles horarios del primer día de trabajo: "El día se alargará hasta las 21:00 horas, aproximadamente, que será cuando el último jugador salga del estadio".
Aarón Ñíguez, uno de los que a buen seguro más ganas tendrá de volver -no llegó a debutar con el equipo- también mostró en sus redes sociales una imagen significativa: la ropa de entrenamiento lista para reiniciar la actividad. Sadiku también mostró una parte importante: el Anexo con un par de compañeros trabajando en solitario. Las sesiones, dentro del estricto protocolo marcado por LaLiga, tendrán unas obligadas medidas de seguridad, más allá de la ya conocida distancia social a mantener. No podrá haber más de 12 jugadores a la vez en las instalaciones -seis por cada terreno de juego-, está limitado el uso del gimnasio y, una vez terminado el entrenamiento, cada futbolista irá directamente a su coche para regresar a casa con la ropa y las pautas de la sesión del día siguiente.