Eso que tú me das

Algo más de tres meses después, el fútbol ya está aquí. Se abre La Rosaleda, que estará huérfana de su alma, pero lo hará para recuperar con el fútbol parte de esa normalidad que tanto añoramos. Tenemos lo que tenemos, que visto lo visto no es poco, y al menos de momento tendremos que conformarnos. Vuelven los goles de Sadiku, las paradas de Munir, el liderazgo de Luis Hernández, el pulmón de Keidi o las ganas de los que aún tienen mucho que demostrar. También las emociones más primarias y el sufrimiento, que el camino no será de rosas precisamente. Y no vuelven con un objetivo cualquiera, qué va, en juego sigue estando la supervivencia en LaLiga SmartBank. Vuelve ese cosquilleo que no sabes por qué aparece, pero aparece. Día especial para el Málaga, para el malaguismo y para la ciudad en general. Un paso más, un paso menos.

Carretera empinada para empezar

El Málaga afronta su primer partido con cinco jugadores en la enfermería y la normativa de los 7 profesionales sobre el terreno de juego haciendo más difícil si cabe la empresa. La convocatoria, un misterio. El once, indescifrable. La preocupación en el club es máxima en este sentido y hasta escasas horas antes del partido Pellicer no confirmará su convocatoria para el encuentro, después de la sesión de activación que tendrá el equipo antes de velar armas en el mismo hotel en el que ayer se hospedó el Huesca.

La importancia de las pequeñas cosas

Le faltará al Málaga su gente, tendrá que adaptarse -y el Huesca también, faltaría más- al silencio de un estadio vacío. Importará aún más el aspecto psicológico, cualquier detalle sobre el terreno de juego puede ser vital para el devenir de los partidos. Se pide ahora más concentración, más simbiosis entre las líneas y más atención en cada movimiento. La Bundesliga ha enseñado que el factor campo ha desaparecido absolutamente tras el parón del coronavirus y a ello debe atenerse el Málaga si quiere sacar el primer triunfo de esta nueva etapa.

Y enfrente, Okazaki

Para colmo le viene al Málaga un 'miura' a las primeras de cambio. Un aspirante al ascenso como el Huesca, que desarboló al entonces equipo entrenado por Víctor Sánchez del Amo en la primera vuelta (ver vídeo superior). Ahora todo ha cambiado, pero lo cierto es que el Huesca aterrizó en Málaga con todos sus jugadores disponibles (24) y el japonés Okazaki como gran amenaza. Tiene ganas de pisar La Rosaleda en partido oficial el nipón, confía el malaguismo en que se marche de Málaga con una derrota como recuerdo.