La derrota ante el Girona corroboró que no está siendo un final de temporada que haga justicia con el Málaga CF. Por diversas razones, la principal los resultados, pero ni la plantilla ni tampoco el cuerpo técnico, después de una campaña en la que han sorteado todo tipo de trabas, merecían un final de trayecto cargado de sorbos amargos. Y no porque el equipo se haya dejado llevar, que nadie se confunda. El Málaga ha seguido compitiendo dentro de sus posibilidad y buena muestra de ello es el partido de este jueves. Mejor cuando el partido era de 11 contra 11, con ímpetu y mereciendo al menos el empate cuando el choque se quedó en un 10 contra 12. Sin embargo, los resultados están cayendo del otro lado y el equipo suma dos puntos de los últimos 18 antes de afrontar las dos últimas fechas del campeonato ante dos equipos, Leganés y Castellón, que se están jugando muchísimo.
Quizá el click estuvo en aquel gol de Araujo en Las Palmas, al borde del final y con el malaguismo sacando de verdad la calculadora para la lucha por el play off. Volaron dos puntos al final y, salvación virtual mediante, las posibilidades por mucho que dijeras las matemáticas eran ínfimas. Llegó el Fuenlabrada y fue mejor que el Málaga, también el Espanyol se mostró superior. Ante el Mallorca, un puntazo y dos derrotas más: una ante el Oviedo en un partido malo de solemnidad de ambos equipos y la de este jueves. Después de prácticamente toda la temporada en la zona media, aspirando más hacia arriba que hacia abajo, el Málaga es 15º con seis puntos por jugarse. Objetivamente el cambio es importante debido a la diferencia de ingresos por televisiones. Subjetivamente, por las sensaciones que provoca mirar la tabla, también hay diferencia.
A nadie se le escapa que el equipo está llegando con el tanque en reserva, se nota desde hace varias jornadas. Tampoco que las lesiones han seguido apareciendo, tocando a hombres fundamentales y cuyas recuperaciones se han ido alargando. Luis Muñoz, Jozabed, Josua... la lista nunca ha menguado. A todo ello hay que sumar el runrún -interno y externo- que ha generado la renovación de Pellicer. La gestión ha sido mejorable, empezando por el propio técnico, que dejó pasar las jornadas lanzando mensajes contradictorios en sala de prensa y argumentando que la salvación no estaba hecha para formalizar su salida. Para colmo, por si no hubiera suficientes aristas, en la última jornada apareció un invitado más, Moreno Aragón, para provocar en el aficionado la enésima desazón arbitral del curso. Un ingrediente más para un agrio cóctel en el que se ha convertido este deslucido final de temporada.
Porqué no apartan ya a Pellicer de una puñetera vez,2 puntos de 18,cuanto nos va a costar eso.En límite salarial y en cash,Manolo Gaspar Pellicer ya es pasado. Os acordáis cuando Kubala ascendió al súper Málaga? se lo cargaron jornadas antes de terminar,ya solo piensa en el Oviedo.Mucha boquilla y nos la ha jugado. solo