La temporada comienza a enfilar el final y el Betis anda ya perfilando su hoja de ruta para planificar la plantilla de la próxima campaña. Sin embargo, hay algunos jugadores que continúan vinculados a la entidad verdiblanca, a pesar de haber disputado parte del curso lejos del Villamarín. Y es que, en junio, regresarán siete futbolistas cuyo futuro aún no se ha clarificado.
El que más fama se ha ganado desde que saliera de Sevilla ha sido Víctor Camarasa. El valenciano, cedido en el Cardiff desde verano, se ha consolidado como el mejor futbolista del equipo. El conjunto británico no puede acometer ninguna opción de compra y el Betis sólo se remitirá a su cláusula, de 25 millones de euros. Un precio prohibitivo para un Cardiff que tiene las horas contadas en la Premier, aunque equipos como el Tottenham o el West Ham están muy interesados en el cotizado jugador.
Camarasa ha disputado un total de 31 partidos como futbolista de los 'bluebirds' y ha anotado cinco dianas. Además, es líder absoluto del equipo, que ha visto en él una oportunidad única para tratar de salvarse, a pesar de las actuales complicaciones deportivas. Su nivel ha permitido al Betis acotar un valor bastante elevado, en vista de un verano muy movido por un futbolista que, a pesar de todo, podría mantenerse en el Betis dependiendo de quién lo entrene.
En Italia, el nombre de Tonny Sanabria se ha diluido en escasos meses. A pesar de su increíble arranque, con cuatro goles en tres partidos, el delantero ya no es una amenaza en las áreas rivales y su valor ha decaído con una velocidad alarmante. Le resta un año de cesión con el Genoa y, si anota 14 goles antes de fin de año, el conjunto italiano deberá de abonar unos 25 millones de euros por el jugador. Su futuro es el que menos preocupa actualmente por la extensión del préstamo.
Boudebouz continúa en el Celta, cada vez más adaptado. Su cesión termina en junio, pero el conjunto vigués tiene una opción de compra por él valorada en ocho millones de euros. Hoy es difícil averiguar el futuro más inmediato del propio club, debido a su complicada campaña. Pero el rendimiento del argelino bien podría valer el cambio de aires permanente para abandonar una ciudad como Sevilla en la que no lo ha pasado bien.
Inui se mantiene como un futbolista veterano y experimentado en el Alavés. El club vitoriano tiene una opción de compra no obligatoria por el japonés de 30 años, quien no se acomodó en ningún momento al Betis y que podría abandonarlo también en verano. El caso de Brasanac, cedido también en el Alavés, es similar, ya que el conjunto vitoriano tiene una opción de compra de 1,8 millones de euros. Ningún jugador volverá a vestirse del Betis en el futuro, en la teoría, en base a una remodelación de la plantilla de la próxima temporada, a fin de solidificar también las opciones suplentes. También Tosca tiene su fin en el Betis cerca a cumplirse, siendo la rescisión de su contrato una opción con bastantes probabilidades de suceder.
En la cantera del Betis hay cuatro nombres que se encuentran formándose con sus respectivas cesiones. Al caso de Aitor Ruibal, que se encuentra en un estado de gracia importante, se une el de Álex Alegría. El delantero de Plasencia sorprendió a todos con buenas actuaciones tras su llegada al Sporting de Gijón, aunque son sólo tres los tantos que ha logrado en tres meses. El Betis no tiene intención de apostar con firmeza por Alegría, un jugador que tiene buen cartel en Segunda División.
Juanjo Narváez, un futbolista que gustaba a Setién, es quizá quien más desapercibido está pasando durante su periodo de préstamo. El colombiano arribó a Almería a finales de agosto y no ha logrado asentarse como indiscutible. Sólo ha disputado 961 minutos en LaLiga 1|2|3, habiendo anotado dos tantos y dado dos asistencias. Su futuro en el Betis está muy lejos de volver a hacerse realidad, algo que provocará una salida definitiva una vez comience la próxima ventana de fichajes.
El último caso, de un renombre y nivel inferior, es el de Julio Gracia. El canterano juega en el Cartagena y ha disputado más de la mitad de los minutos en Segunda B. El jugador volverá a la disciplina bética una vez finalice el préstamo en junio, momento en el que se revalorará su situación para otra posible cesión, la opción que más fuerza tiene. O, en caso de que el entrenador lo vea adecuado, asegurar su continuidad en el primer equipo.