Sólo el Betis es dueño de sus sueños

Ni los rivales, a los que cada vez somete con más solvencia; ni los fallos propios, que siguen produciéndose y suelen acabar en gol en contra; ni los árbitros, que muchas veces le han perjudicado pero otras le han dado justicia; ni los comités, con su aplicación más o menos justa de las sanciones; ni mucho menos el energúmeno que la liara en el Villamarín con el palo en #ElGranDerbi de Copa del Rey ante el Sevilla FC y lo que se deriva de su acción. Nadie aparte del Real Betis es dueño de sus sueños. Sólo el equipo de Pellegrini puede alcanzarlos o cargárselos, según se desprende del brillante espectáculo futbolístico brindado en Cornellá ante el RCD Espanyol en la jornada 22ª de LaLiga Santander.

No es ya que haya ganado con contundencia, que lo ha hecho, por supuesto. Es cómo juega, cómo domina al rival, cómo finaliza acciones corales de fantasía, cómo compite...Y, también, cómo remonta. Porque ante el RCD Espanyol se le puso la cosa tontona al principio del choque, justo cuanto ya empezaba a doblegar con buen fútbol a los pericos. No obstante, este Real Betis de Pellegrini ni se inmuta. No cambia su paso, que es firme y recio, porque confía en sí mismo y en el credo del técnico chileno. Ese es su plan: convencer a los suyos de que confíen en lo que él dice y en lo que, según eso, ellos hacen.

Confianza insultante y estado de gracia

Así, con una confianza casi insultante, ha pasado por encima del Espanyol en otra noche para el recuerdo que dio continuidad a la del pasado martes ante el Alavés. Ocho goles en dos partidos, dos shows de fútbol high quality y un arreón de moral inconmensurable en una semana mágica. Así campa el cuadro bético por LaLiga Santander y así afrontará los cuartos de final de la Copa del Rey; en estado de gracia.

Es el estado de gracia que irradia la calidad constante de jugadores como Canales, Fekir o William Carvalho. Pero también el que empapa el acierto goleador de Borja Iglesias, que contestó a los pitos de Cornellá con dos tantos, el segundo un golazo de envergadura para culminar una gran jugada de todo el equipo; y el que bendice la labor de Guido Rodríguez, quien se está consagrando como uno de los grandes mediocentros de la competición, por no decir el mejor, y que encima ya...hasta marca goles.

Un cabezazo suyo encarriló un choque que luego amaestró definitivamente el golazo de Borja Iglesias y que quedó para sentencia con el de Willian José. Otro jugador que prueba el momento bético: sale y marca. Por la manera en que se produjo, el triunfo reafirma la felicidad de los aficionados del Real Betis. Pero, sobre todo, legitima sus sueños y los del equipo. Y el equipo parece haberse dado cuenta ya de que es el único dueño de esos sueños, sean de UEFA Champions League, de Copa del Rey o de lo que se encarte.