La victoria del Real Valladolid en la pasada jornada tiene mucho más valor que los tres puntos conseguidos. Si buceamos un poco en los datos del partido, era mucho más complicado de lo que parece ganarle este encuentro a la Sociedad Deportiva Éibar.
El conjunto armero había encadenado 10 jornadas consecutivas sin perder en casa. Esta racha era, nada más y nada menos, la mejor de su historia, pero el equipo vallisoletano se encargó de cortarla. Además, el club eibarrés era el conjunto de LaLiga Santander que llevaba más tiempo sin perder en la competición doméstica. Otro dato que se encargó de tumbar el Pucela.
Y es que por el Estadio de Ipurua habían caído grandes equipos hasta la llegada del Real Valladolid. Desde la victoria del Sevilla FC el pasado 29 de septiembre, nadie había ganado allí. El Athletic Club, el Levante UD, el Valencia CF, el Villarreal CF y el Getafe CF habían empatado en este estadio. En cambio, el Deportivo Alavés, el Real Madrid, el RCD Espanyol, el Girona FC y el RC Celta habían salido derrotados del feudo eibarrés.
A esto hay que sumarle que esta victoria se hizo mediante una remontada, lo que se antoja aún más complicado. Al equipo de José Luis Mendilibar no le habían dado la vuelta en el marcador desde hacía dos temporadas. Concretamente, la última ocasión que le remontaron un resultado fue en jornada final del curso 2016/2017. Durante ese partido, el Éibar se adelantó en el marcador, pero su rival, el FC Barcelona, acabó ganando el encuentro.