El jugador del Real Valladolid, Álvaro Aguado, se encuentra en un gran momento de forma gracias a contar con muchos minutos. Una participación que, en principio, podría parecer inesperada, pero que se ha convertido en una realidad.
El jienense ahora está siendo uno de los fijos para José Rojo, Pacheta, que lo empezó a usar como revulsivo para aportar un extra de garra e intensidad al equipo. El '16' empieza a ganar cada vez más presencia en el ataque y es uno de los jugadores del centro del campo que más trabaja en defensa.
La situación del centrocampista se antoja especialmente sorprendente, ya que era uno de los nombres incluidos en la primera lista de descartes que la dirección deportiva facilitó a diferentes clubes de LaLiga SmartBank para una cesión o algún tipo de acuerdo que propiciase su salida.
Pero la energía de Aguado ha convencido a un Pacheta que ha visto como sus opciones en la medular se reducían con algunas lesiones, como la Kike Pérez. El jinense no dudó en aprovechar la oportunidad que se ponía ante él y ha conseguido, no solo salir de esa lista de descartes, sino convertirse en un jugador importante para el Real Valladolid.
Aguado debutó con 20 años en la antigua Segunda Divisón B con la camiseta del equipo de su ciudad, el Real Jaén, donde anotó un gol en los 19 partidos que disputó. De allí puso rumbo a Córdoba, donde alternó filial con primer equipo, ganando así sus primeras experiencias en Segunda.
En enero de 2019, el Pucela se hizó con los servicios del mediocentro, al que envió cedido al CD Numancia la segunda mitad de esa temporada. Mientras que la campaña 2020/2021 la pasó en el CF Fuenlabrada, donde únicamente sumó 320 minutos.
Con este bagaje ha llegado el jinense a la temporada 2021/2022, en la que, sorprendentemente, ya suma 272 minutos entre los cuatro partidos disputados. Con un cambio total de narrativa y ganándose a cada vez más aficionados, lo normal es que siguiera ocupando un puesto titular en las siguientes jornadas.