Forcén, Cook, Serpa, Cruz y Aguilar: quién es quién en el nuevo Consejo del Real Zaragoza
Una vez se oficializó el traspaso de las acciones al nuevo grupo de inversores, el Real Zaragoza queda en manos de Jorge Mas y sus socios. El empresario estadounidense de origen cubano será el nuevo presidente de la entidad aragonesa y estará acompañado de hasta cinco miembros en el nuevo Consejo de Administración.
Al lado de Mas, como ya sucediera durante su aterrizaje en Zaragoza, estará Gustavo Serpa. El colombiano es presidente de Millonarios y hombre de confianza de Joseph Oughourlian. Con el francés se encuentra vinculado también en el Grupo PRISA y Amber Capital, por lo que es también presidente de Caracol Radio.
Poco o nada se sabe sobre uno de los últimos nombres en aparecer, el de Laurece Cook. De él se dice que es hombre de confianza de los nuevos propietarios, pero no se especifica en demasía de quién ni qué papel puede desempeñar en el futuro del Real Zaragoza.
Juan Forcén, el único que sigue de la anterior etapa
El caso contrario es el de Juan Forcén. El empresario aragonés está ligado al club blanquillo desde 2014, antes incluso de su entrada como parte de la Fundación 2032, como parte del grupo de empresarios que lideraba Mariano Casasnovas.
Con participación en numerosas empresas, la mayoría ligadas a la construcción y promoción inmobiliaria, pero también a la hostelería, entre otras actividades. Además fue uno de los socios fundadores de Basket Zaragoza 2002 (Casademont Zaragoza) junto, entre otros, a Pepe Arcega, Reynaldo Benito o Javier Loriente.
Emilio Cruz y Mariano Aguilar, dos atléticos en el Real Zaragoza
Los dos últimos nombres en aparecer son, quizá, los más vinculados al mundo del fútbol y se trata de Emilio Cruz y Mariano Aguilar, ambos con pasado en el Atlético de Madrid, el primero como entrenador y el segundo como futbolista.
En el caso de Emilio Cruz, de 71 años, ras una discreta carrera como jugador, en la que pasó por clubes como Huesca, Girona o Cacereño, fue entrenador en equipos modestos como Zamora o Aranjuez antes de enrolarse en la estructura del club rojiblanco. Ascendió al filial atlético a Segunda división en la temporada 1988/89 y la siguiente dirigió al Rayo Vallecano en Primera división. Tras pasar por el Toledo, regresaría al Atlético, llegando a ser entrenador del primer equipo durante ocho jornadas, en las que lograría una única victoria (4-0 ante el Racing), en la temporada 1993/94. Después de volver al filial colchonero entrenó también a Getafe, Toledo, Levante, Ourense o Cádiz.
Desde que abandonara los banquillos, Emilio Cruz ha tenido participación en diversas empresas. Entre ellas, varias dedicadas a la construcción, pero también a la prestación de servicios, así como a los productos electrónicos o las telecomunicaciones.
Más conocido es Mariano Aguilar. De 51 años, se crió en las categorías inferiores del Atlético de Madrid y jugó también en el Atlético Marbella. Tras abandonar la estructura del equipo colchonero pasó por Leganés, Getafe, Racing de Ferrol, Fuenlabrada, Cádiz o Manchego y vivió experiencias en el fútbol chino y en Escocia.
Tras dejar atrás la práctica en activo del deporte, Mariano Aguilar pasó a formar parte de la agencia de representación Bahía Internacional. Allí creo el llamado Club del Deportista, un servicio integral de atención las 24 horas del día “para todas las necesidades fuera del campo para el jugador y su familia”. Esto incluye desde atención a las necesidades más mundanas, como la reserva en un restaurante de lujo o el renting de vehículos, al asesoramiento personalizado “para conseguir el mayor rendimiento a tu carrera profesional y prepararte para la retirada”. También incluye la gestión de la marca personal del jugador.
Mariano Aguilar y la 'Operación Dean'
El nombre de Mariano Aguilar también estuvo vinculado a la llamada ‘Operación Dean’. Junto al también exfutbolista del Atlético de Madrid y representante de jugadores Juanma López, fueron investigados por el fraude en la compra de derechos de futbolistas y clubes, acusados de defraudar más de cinco millones de euros a través del fondo Doyen Group, del que eran representantes.
Ambos, junto a otras cuatro personas, fueron acusados de no tributar en España los rendimientos de las operaciones de compra de derechos económicos de jugadores de fútbol y la concesión de préstamos a varios clubes, pudiendo haber simulado su residencia fiscal fuera del país.