El inicio de liga en Alcorcón del año pasado evidenció una mala planificación por parte del Sporting de Gijón. El conjunto dirigido por Rubén Baraja arrancó la competición sin delanteros. El fichaje del punta titular se demoró unas cuantas horas más. Tres días después de aquel empate en Santo Domingo, el Sporting hacía oficial la llegada de Uros Djurdjevic. El delantero serbio, que llegaba proveniente del Olympiacos, aterrizaba en Gijón con la competición ya empezada.
Su adaptación fue forzada. Cinco días después de anunciar su fichaje, el serbio ya debutaba con la camisola rojiblanca ante el Nástic en El Molinón. Tal fue el problema de integración que su primer gol liguero se demoró hasta mediados del mes de diciembre. Aquella chilena tardía ante el Tenerife, elegida como mejor gol por los usuarios de ElDesmarque Asturias, supuso el despertar de un goleador con instinto y garra. Un despertar que tardó en llegar. A pesar de ello, once goles son el balance de la primera temporada de un delantero que no llegó a disfrutar de una pretemporada con la que lograr integrarse al fútbol español.
Por eso, este año se antoja diferente para Uros Djurdjevic. El delantero serbio ha podido arrancar la preparación junto a sus compañeros, al contrario que el año pasado, cuando se encontró con un grupo ya formado. En la presente pretemporada, el delantero de Belgrado ha comenzado desde el primer día. Algo que seguro le vendrá bien de cara a la nueva temporada. Incluso, marcar goles en los encuestros amistosos puede suponer un refuerzo positivo de cara a la nueva campaña. Dos tantos frente al Gijón Industrial y otro frente al Getafe son un gran espaldarazo para un delantero que vive por y para el gol.
El delantero serbio también se vio sumido en un cambio de sistema constante. Djurdjevic jugó, tanto en solitario como junto a un compañero. Sus mejores actuaciones se produjeron a partir de la llegada de José Alberto al banquillo, que lo situó en ambas situaciones de ataque. En Gijón, quedará buen recuerdo de su asociación con Álex Alegría en la doble punta. Ahora, el sistema vuelve a dar un vuelco. Todo apunta a que el entrenador asturiano se decidirá por un 4-3-3, en el que Uros volverá a estar sólo ante el área rival. Pero no será igual que la temporada pasada. El verano, en esta ocasión, jugará a su favor. Y en favor del Sporting, por supuesto.