El central del Cádiz Juan Cala ha manifestado que el Gobierno de España "presionó" para que le "castigaran" tras las acusaciones de racismo que vivió después de que el defensa francés del Valencia CF Mouctar Diakhaby le acusara de haber proferido insultos racistas, lo que ha quedado sobreseido. El zaguero lebrijano reflexionó en una entrevista a El Mundo sobre los días que vivió hace un mes y sobre todo lo que se cernió sobre su figura después de que el medio valencianista le acusara de decirle "negro de mierda", lo que desmiente nuevamente al subrayar que ni se dirigió a él y que, "en todo caso", le dice luego que le deje "en paz". La respuesta del club en su día fue reafirmarse con un mensaje: "Diakhaby te creemos"
Cala, que ha terminado su temporada por una lesión de rodilla, achacó el incidente a que "Diakhaby es una marioneta en manos de (Anil) Murthy, el presidente del Valencia, que quiere cubrir la mala gestión con algo que no ha pasado" y le utiliza "de escudo" y formar "un lío de una mentira".
"Diakhaby es una marioneta en manos de (Anil) Murthy, el presidente del Valencia, que quiere cubrir la mala gestión con algo que no ha pasado" y le utiliza "de escudo" y formar "un lío de una mentira".
El zaguero, de 31 años, recuerda que no le dejaron entrar en el vestuario del Valencia y que ya en el campo intuyó que se iba "a liar" por las actitudes que vio en el conjunto che y que posteriormente le "criticaron para ganar un puñado de votos".
"Otros lo hacen para ganar seguidores en las redes sociales y les importa un carajo la realidad de los hechos", aseveró Cala, a quien no sólo le consta presiones del Gobierno para que lo sancionaran, sino que "lo han dicho ellos públicamente", "han presentado un escrito a la Federación para que así fuera, pero no han tenido la dignidad de cuando se ha demostrado que eso no es cierto disculparse".
"Igual que pusieron tuits el día de los hechos -en referencia a Pablo Iglesias e Irene Montero- podían haber puesto tuits cuando se ha demostrado que no es cierto", indicó el central lebrijano, quien se preguntó "en manos de quién coño estamos" y "cómo puede un Gobierno pedir justicia si ellos no son justos".
Negó que haya racismo en el fútbol español porque éste consiste en que "no tenga los mismo derechos un negro que un blanco" y que "la igualdad de derechos es lo que de verdad importa: insisto, el racismo es algo muy serio como para jugar con él", dijo.
Cala vive estos días en su negocio de hostelería en Lebrija y reflexiona sobre lo que le hubiera supuesto una sanción de dos a cinco años sin jugar al fútbol por algo que, reitera, no sucedió, como corrobora el "peritaje corporal en el informe de la Federación en el que se demuestra que ya no es que le dijera una cosa u otra, es que ni me dirijo a él", enfatizó.
Orgulloso de los apoyos que ha recibido, reiteró que defenderá su honor "hasta el final" por sus hijas, por defender su imagen, por su familia: "por ellos seguiré hasta el final", afirmó.