Los ajos de Pepe Vaello y la cita de Singapur
Esta semana el futuro deportivo del Valencia CF se decidirá en Singapur. En realidad es en todas, pero en esta quizá más porque hasta el lejano oriente viajan Anil Murthy y Mateo Alemany tras presenciar en directo el empate contra el Valladolid dispuestos a escuchar a Peter Lim, recibir instrucciones y, espero, para dar también su opinión sobre lo que hay que hacer y sobre los fichajes más que sobre los entrenadores.
Entenderé lo que hagan porque los resultados no dan mucho margen más a Marcelino, pero sinceramente creo que se equivocarán si lo destituyen, o al menos no serán justos con lo que veo cada semana. Al técnico no lo considero más que uno de los muchos culpables de la situación que atraviesa el club que, en efecto, está en una dinámica más que negativa.
Si lo echan, que sea por fichar mal
Si finalmente deciden echar a Marcelino -algún día ocurrirá- que sea porque fichó mal, porque propuso malos nombres para reforzar al equipo pero no porque engañara a alguien por su forma de trabajar. El Valencia de este año, estadísticamente hablando es igual o mejor que el del año pasado. Los datos están ahí, no los digo yo que los sacó Francisco Ortí. Ahora bien, si deciden echarlo por los fichajes, ¿no sería más coherente echar a esos refuerzos o/y buscar otros?
Vudú, ajos o/y rezos
Le pregunté a Marcelino en sala de prensa si era creyente, por aquello de que le pusiera una vela a la virgen antes de jugar o porque hiciera vudú y no me atreví a contarle la anécdota que siempre recordaba el gran Pepe Vaello, ya fallecido.
Cito literalmente de una entrevista que aún guarda la Asociación de Futbolistas del Valencia CF y que seguro aparece en el recomendable libro dedicado a su figura: ”En la final de Copa del 79, jugabamos contra el Real Madrid en el campo del Metropolitano (Atletico Madrid). Una hora antes de comenzar el partido me viene Rafa Garcia, preparador físico del VCF, y me da dos cabezas de ajos y me dice 'ponlas detrás de una portería'. Disimuladamente, procurando que la policía que vigilaba la final no me viera, las puse detrás de una portería. Ganamos 2-0, con goles del matador Kempes, y ambos goles los hizo en la portería donde había dejado los ajos”. Pues eso, donde la razón de este columnista no alcanza, que llegue la revelación, como decía Santo Tomás de Aquino. Así que, perseverancia, o como decía Parejo hace unas horas: "Aquí no se rinde nadie". Pero claro, a ver quien le explica a Peter Lim quién era Pepe y lo de los ajos... Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque Valencia