Shinji Okazaki regresa este viernes a La Rosaleda, donde en condiciones normales hubiera jugado con la casaca local durante el presente curso. La historia resulta cansina y es de sobras conocida, pero aún colea un resquicio de la misma en clave blanquiazul. Resulta que el Huesca, según señaló su director deportivo Rubén García en Cope Huesca, está negociando la continuidad del ariete nipón “con objeto de que siga ligado al club el curso que viene aunque se continuase jugando en la categoría de plata”. Okazaki firmó en el Alcoraz un contrato idéntico al que había rubricado meses antes en Martiricos, de un año de duración más un segundo en caso de ascenso.
¿Qué ocurre? Que cuando el Málaga tuvo que rescindirle en las últimas horas del mercado de verano por no poder inscribirlo pese a que Okazaki se ofreció a cobrar el mínimo profesional, se dejó una puerta entreabierta a medio plazo. El club blanquiazul se reservó una prioridad por él en el caso de ascenso y la misma podría hacerse efectiva incluso si subiera también el Huesca, pero para ello es condición sine qua non que los blanquiazules jueguen el curso venidero en LaLiga Santander, algo complejo incluso estando a tiro de las matemáticas.
Con ocho dianas (y siete anuladas), Okazaki es el máximo goleador del próximo rival del Málaga en La Rosaleda, el Huesca, cuarto clasificado en LaLiga SmartBank con 50 puntos, los mismos que el Almería (3º) y a cinco puntos del ascenso directo. El Málaga es 14º con 38 puntos.