El último tren perdido de Papunashvili
Se han escrito chorros de tinta sobre las inoportunas y frecuentes lesiones de Giorgi Papunashvili durante esta temporada. Una concatenación de infortunios que no dejan al georgiano jugar más de un mes seguido. Inmerso en el último capítulo de está desafortunada historia (su estancia en su Georgia natal para recuperarse con un médico de su confianza), Papu se ha vuelto a quedar fuera de la lista de su selección nacional. Algo lógico pero no por ello menos doloroso. Con su tobillo maltrecho, alejado de los campos de fútbol y viendo una lista en la que él ya no está.
Papunashvili ve cómo otros ocupan su lugar en su selección nacional. Georgia jugará dos importantes partidos de cara a la Eurocopa de 2020, contra Suiza en casa y contra Irlanda en Dublín. Internacional absoluto desde 2014 (con participaciones con la sub21 hasta 2017), el jugador blanquillo ve cómo se le va de las manos algo que le costó mucho: ser un fijo en las listas de su país. Hasta que fichó por el Real Zaragoza, Papu no iba convocado con su selección desde antes de la Eurocopa de 2016. Fichar por el conjunto de La Romareda le convirtió en un fijo con su selección absoluta, con la que se estrenó como goleador en marzo de 2018. Entonces la vida le sonreía: empezaba a despuntar en el equipo de Natxo González, que iba viento en popa directo a los play off.
El verano pasado volvió a jugar con Georgia, e incluso fue convocado en octubre tras el inicio de sus problemas de tobillo (aquel maldito balón en el Carlos Belmonte que impactó contra su pierna). Ante sus problemas físicos, el Zaragoza le pidió a la Federación georgiana que el jugador se quedara en España y así se hizo. Ahora, mientras su maltrecho tobillo se recupera a manos del doctor Merab Vardudzkashvili, Papunashvili contará los días hasta su regreso al campo con el Zaragoza... y con su país.