Javi Gracia se destapó el viernes con una rueda de prensa en la que no se cortó un duro para asegurar que se sentía "triste" "escéptico" y que “la tristeza que siento es que creo que el club no va a poder exigirnos por ser el Valencia, por nuestra historia y potencial. Esa es la pena que tengo. Quiero poder competir por unos objetivos acordes con lo que es el Valencia". Con esa frase resumía el sentir de la amplia mayoría de los seguidores valencianistas que están frustrados, sienten rabia, impotencia y, lo peor, empiezan a perder la esperanza de que algo de lo que le prometieron sea realidad. La victoria en el derbi aplacará su espíritu, pero no su legítima petición.
Volviendo al viernes, para mí lo más duro que dijo Javi Gracia en su rueda de prensa, lo que retrata a Peter Lim, Meriton y a su interlocutor Anil Murthy, es que el técnico denunció una promesa incumplida: "no hayan llegado los refuerzos que me dijeron que iban a venir." A partir de ahí vi un hombre que ha empezado a perder la fe en el proyecto que le dibujaron. Y eso es lo que más me preocupa. Vi a un técnico que ya no se atreve a prometer nada.
La frase en la que admitía que a los jóvenes había que darles "la responsabilidad justa" es un segundo torpedo a la línea de flotación del mantra de Meriton. A todos nos gusta ver canteranos que suban y que cumplan, a Gracia también, pero de ahí a pensar que subiendo un canterano vas a solucionar todos tus problemas en una competición tan complicada con LaLiga Santander media un abismo. Pensar eso es no tener idea de los códigos del fútbol y, lo más peligroso, es tentar a la suerte. Sé que el técnico lo hará lo mejor posible con el grupo que tiene y que este equipo, por fortuna, mantiene el orgullo de la plantilla campeona a pesar de la limpieza ordenada por Peter Lim y ejecutada por Anil Murthy, pero necesitan refuerzos y Mestalla, por desgracia, no está para decirle al presidente y al máximo accionista la infinidad de cosas que no les gustan. Pero Gracia sí está y tiene una rueda de prensa cada semana. Él tiene la fuerza de la calle, el altavoz y, está cargado de razones. La afición lo idolatra porque piensa como ellos y los medios vemos que es tío de fútbol, como le pasa a Corona, pero claro si sus peticiones se quedan en agua de borrajas... Mal asunto. Cosas como esta hacen que las peñas, los medios, los aficionados y todo el mundo, se reboten, se reúnan, y pongan todo lo que haya que poner en marcha para que Lim no siga ni un minuto más por este camino. El singapurés y sus representantes no quieren verlo pero el mar de fondo está ahí y, cuando se agita, es capaz de hundir trasatlánticos.
Javi Gracia es de lo poquito bueno que ha pasado en Valencia en los últimos meses, si se deshincha tan pronto, sufriremos. Gracia en su primera rueda de prensa estuvo bien, protestó, se quejó y denunció pero lo hizo con elegancia y sin quemar las naves. “Mi sentimiento es que a día de hoy, aún hay tiempo, para cumplir con esas intenciones de reforzar plantilla y con lo que hemos venido hablando"... concluía.. El resultado del derbi importa, marca tendencia pero no deja de ser un encuentro de todos los que hay que jugar. Eso sí, demuestra que, una vez más, el técnico tiene razón al pedir un mediocentro y un central. Las peticiones de Gracia y las de la afición van mucho más allá y, por supuesto, mucho más lejos que ganar un derbi. Amplitud de miras por favor. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en Valencia