Tras las salidas de Luismi Sánchez, Álvaro Aguado, Anuar Tuhami y Moctar Sidi El Hacen, el Real Valladolid debía reforzar el centro del campo antes del cierre del mercado del pasado viernes. De tener una demarcación muy poblada se pasó a casi un desierto con pocas opciones. Se debía rematar la zona con un jugador que no limitase la opción de proyecto del Club y, por ello, se optó por una cesión.
Así, y tras su fichaje por el Fútbol Club Barcelona, Matheus Fernandes (Itaboraí, 30/06/1998) llega al Real Valladolid en calidad de cedido hasta el próximo mes de julio. El jugador refuerza la posición en una operación más ventajosa para él que para el propio Pucela.
Tras su flamante fichaje por el equipo culé, Matheus necesita rodaje y aclimatación. Por ello, la llegada al Nuevo Estadio José Zorrilla se define como esa gran oportunidad que necesita antes de desembarcar en el Camp Nou.
Bajo el aura del fichaje por la entidad catalana, el Real Valladolid aprueba la incorporación de un jugador que aún debe definirse tras el importante cambio que va a vivir después de salir de Brasil. De forma progresiva, este centrocampista de 21 años asume la etapa blanquivioleta como la opción de conocer su futuro a medio y largo plazo. El cambio en su vida es brutal y debe comenzar a asumirlo desde Zorrilla.
Siendo un jugador definido con un perfil defensivo, Matheus Fernandes posee rasgos técnicos y con balón muy diferentes al estilo que se viene señalando en Europa. Entre perfiles ya vistos en el Pucela, su estilo es mucho más parecido al de Rubén Alcaraz que al de Fede San Emeterio, por ejemplo.
El rol posicional no existe para él. Matheus quiere el balón. Lo necesita. Con una gran reacción para las transiciones y fuerza para liderar el juego ofensivo en conducción, el Real Valladolid se ha hecho con un jugador que se desenvuelve en el doble pivote. Inicialmente, también se puede mover en otras opciones y esquemas que ha dibujado Sergio González en las últimas semanas, pero desde su aclimatación al equipo.
Explotando en las filas del Botafogo FR, la SE Palmeiras apostó por él hace poco más de 13 meses. Era un salto, económico y deportivo, importante para el jugador. Tanto en las filas locales como en las de los equipos base de Brasil, el nuevo futbolista blanquivioleta dejó detalles de enorme calidad y futuro. Por ello, el Palmerias se lanzó a por él. Antes de dar el salto a Europa, el equipo de São Paulo hizo un esfuerzo por él.
Apostó por su futuro ciñéndose a su rendimiento, pero esto no salió bien o, al menos, como se esperaba. El Matheus Fernandes del Palmeiras no fue el del Botafogo. A nivel global, su rendimiento ha sido inferior.
Pese a que la etapa en el equipo de Vanderlei Luxemburgo se ha cerrado con una versión del jugador más exitosa que la de meses atrás, el FC Barcelona apuesta por el jugador esperanzado de volver a ver a ese futbolista del Botafogo y no tanto al reciente.
El cambio no sentó del todo bien al jugador. No dio ese salto cualitativo que se esperaba en su carrera, pero no por ello el equipo culé ceja en su empeño por el futbolista, aunque lo hace con ciertos miramientos.
La apuesta económica del equipo barcelonés es asumible para la entidad y, por ello, la cesión al Pucela será la primera prueba de fuego para un jugador que aún debe definirse en el campo.
Las condiciones futbolísticas deben prevalecer en un futbolista que debe mirar al futuro con fuerza, determinación y ambición. En Europa debe mejorar el rendimiento y la regularidad que tuvo en el Botafogo, su gran carta de presentación.