Después de estar prácticamente parados en los dos últimos meses tras la derrota ante el Athletic Club, la plantilla del Real Valladolid afronta su cuarta y penúltima semana de entrenamientos en medio de fuertes medidas de seguridad por la crisis sanitaria del coronavirus. Los jugadores tendrán seis sesiones a puerta cerrada, descansando sólo un día.
Tras la confirmación por parte del Ministerio de Sanidad del Gobierno de España y de LaLiga de Fútbol Profesional, el equipo ya podrá realizar entrenamientos con el grupo al completo, con el fin de estar en igualdad de condiciones con el resto de equipos, pese a que la ciudad aún no ha pasado a la Fase 2 de la desescalada.
Sergio González estará pendiente de las evoluciones de Pedro Porro, único jugador que tiene lesionado, y al que espera recuperar en los primeros días de la semana.
Con descanso únicamente el domingo, los jugadores se ejercitarán por la mañana (9.30 horas) lunes, martes, jueves, viernes y sábado, y por la tarde (18.00 horas) sólo el miércoles.
Ya con el grupo al completo, el escenario pasará a ser uno: el terreno de juego de césped natural de los Campos Anexos. El objetivo es seguir avanzando antes de la exigente reanudación de LaLiga Santander, que se producirá el día 11 de junio, el 13 para el Pucela.
A pesar de que los futbolistas ya puedan trabajar con todos sus compañeros, las medidas de protección seguirán cuidándose de forma minuciosa, como en las tres primeras semanas. Para acceder a las instalaciones, cada persona, además de tomársele la temperatura, debe pasar por una cabina de desinfección con agua tratada. También los materiales empleados son limpiados tras cada entrenamiento y se dispone de numerosos dispensadores de gel hidroalcohólico en los espacios compartidos.