No ha llegado aún el momento en que La Rosaleda se haya cansado de esperar mejores noticias de las que hay. Cada partido en casa vuelven los nervios, la ilusión, los "esta vez sí". El sentimiento, al que apeló Víctor en la previa, está muy por encima de terceras vías, jeques inactivos o mediadores que aparecen por las esquinas. Pero, claro, de sentimiento sólo no se come. Hacen falta goles, triunfos, un cambio de rumbo para escapar de una vez por todas de los puestos de descenso. En este marco aparece el Tenerife en La Rosaleda (21:00 horas), otro histórico inmerso en problemas y que llega con nuevo jefe en el banquillo. Esperemos que no se haga bueno eso de "a entrenador nuevo...".
Si bien Víctor no podrá contar con Lombán, titular y lesionado en Soria, al menos el técnico madrileño recibió dos impulsos en forma de agradables novedades. Regresaron a la citación dos hombres importantes como Adrián y Juanpi. El capitán y también la zurda talentosa que aún no ha sido capaz de lucir como debería este curso. Más madera para un equipo carente de gol, el que puede dar Adrián, y ese último pase que el venezolano debe sacar de una vez a la luz. Con ellos a tono, las opciones son mayores.
Enfrente estará un miura de la categoría como el Tenerife, aunque su realidad sea bien distinta a las épocas gloriosas de su pasado. Sesé Rivero no fue la revolución esperada en el banquillo y el club insular, tras la derrota ante el Almería, decidió rescatar del INEM a Rubén Baraja. El que fuera internacional con la selección española vuelve a un estadio en el que ganó una Liga y lo hace con varias bajas de consideración para empezar. Circunstancia que convierte en aún más imprevisible el once y, sobre todo, el modus operandi que pretende instalar en su nuevo equipo. Ya saben que cuando hay un nuevo jefe en la oficina todos quieren demostrar el máximo, por lo que los peligros del Tenerife se multiplican en una noche en la que no se puede perder.
El partido asoma después de una semana en la que se ha hablado, otra vez, de todo lo que transita en los despachos de La Rosaleda. También en los del Ayuntamiento, donde el pasado domingo hubo una reunión secreta que dejó de serlo y en la que las instituciones -junto a Daniel Pastor- trataron de encontrar de una vez la vía para sacudir a Al-Thani de su trono. Entretanto llegaron palabras de importante valor de Javier Imbroda y la reunión entre Richard Shaheen y Ramón Calderón, expresidente del Real Madrid, en Martiricos. Algo se está cociendo, el fuego cada vez está más fuerte y los jugadores y el técnico no son ajenos a la realidad. Al menos, durante hora y media, que se olvide y sólo se hable de fútbol.
Más allá del lesionado Lombán, Víctor podría dar cierta continuidad a los jugadores que empataron en Soria. Con el añadido de Adrián, que apunta al once por su importancia en el verde. Luis Muñoz se antoja como el acompañante de Luis Hernández en la zaga, mientras que Cifu y Mikel siguen opositando claramente a los laterales. Por delante, Keidi es seguro y Juankar, que estuvo a buen nivel ante el Elche, es la opción más evidente para la siniestra. Lo que está por ver es quién acompaña a Sadiku en el ataque, si bien lo hace Pacheco con Antoñín acostado a la derecha o si es el canterano la segunda referencia ofensiva, lo que abriría cierta competencia para el pizarreño en la otra banda si Juanpi o Renato han convencido durante la semana al técnico.