El entrenador del Real Valladolid, Sergio González, cambió recientemente de portero por segunda vez en esta temporada. Ante el RC Celta de Vigo, el técnico prefirió alinear a Roberto Jiménez por delante de Jordi Masip. La primera vez que Sergio lo hizo fue por el positivo por coronavirus del cancerbero catalán. En esta ocasión, no hubo lesiones ni ausencias justificadas de por medio. En realidad, fue por decisión técnica, aunque dentro de este cambio de opinión hubo varias razones.
Roberto encajó 10 goles en los seis partidos que jugó de titular en el inicio de LaLiga Santander. Su primer encuentro fue ante el Real Betis (2-0), el segundo contra el propio Celta (1-1), el tercero frente al Real Madrid (1-0), y, posteriormente, ante la Sociedad Deportiva Éibar (1-2), la Sociedad Deportiva Huesca (2-2) y el Deportivo Alavés (0-2). 10 goles en seis encuentros sin contar el gol de Jeison Murillo en el minuto 94 en el empate reciente ante el conjunto gallego y el de Jaime Mata con el Getafe.
Da la casualidad que Masip venía de la misma racha negativa en cuanto a goles encajados. El '1' blanquivioleta había encajado idéntica cantidad de tantos en los últimos seis partidos del equipo. Ante el Elche CF (2-2), el Levante UD (2-2), el Huesca (1-3), el Alavés (1-0), el Éibar (1-1) y el Real Madrid (0-1): 10 goles en seis partidos. Estas cifras tan negativas y estas rachas tan irregulares les costó el puesto a cada uno de ellos.
Además de los goles encajados, tanto el catalán como el madrileño también han conseguido la misma racha de partidos sin victorias. El '1' y el '13', cuando volvieron al banquillo, llevaban seis partidos sin ganar y, en el partido número siete, fueron suplentes.
Tras tomar esa decisión, la filosofía de Sergio ha sido la de mantener al portero que estaba siendo suplente tras cambiar al titular. Por eso Roberto volvió a jugar contra los de Pepe Bordalás. En Pamplona será el tercer encuentro de un meta madrileño que, si nada se tuerce, terminará la temporada bajo los palos.