César Sánchez ya es historia en el Valencia CF. Su dimisión como director de fútbol es el fin al séptimo proyecto deportivo que inicia Peter Lim desde que llegara al club hace poco más de cinco años. De nuevo una injerencia en la gestión deportiva del club -destituir a Celades cuando César había dado su palabra a la plantilla por la mañana de que se sentaría en el banquillo
Desde que Peter Lim se convirtiera en máximo accionista del Valencia CF en 2014, la entidad ha atravesado múltiples baches deportivos e institucionales. Su última injerencia, (Singapur decide casi todas las cosas importantes de la entidad) ha terminado por dar al traste con el séptimo proyecto. César Sánchez se va y el Valencia CF tendrá que reinventarse tras dos años de éxitos que se truncaron con el despido de Alemany y Marcelino a principios de esta campaña. Ese viraje en la estrategia del club provocó el despido de los responsables del proyecto deportivo de las últimas dos temporadas, Mateu Alemany y Pablo Longoria. Anil Murthy y Jorge López estuvieron al frente de forma transitoria para dar paso a la llegada de César Sánchez, que tampoco ha sobrevivido a la trituradora del máximo accionista. Esta es la historia de todos los cambios producidos en la dirección deportiva del Valencia.
El primer gran giro en la gestión de Peter Lim fue dar al traste con la secretaría técnica que formaban Rufete y Ayala. El fichaje de Rodrigo Caio a sus espaldas propició su marcha y, poco después la de Amadeo Salvo.
El adiós a Rufete tras la exitosa reconversión de la plantilla en 2014 dio paso a una dirección deportiva provisional en la que Nuno, todavía entrenador, asumió más responsabilidades. La decisiones deportivas del club, por otro lado, pasaron a realizarse siempre bajo la influencia del agente Jorge Mendes. Así, en el mercado previo a la temporada 2015/16, el Valencia CF desembolsó 25 millones en Aymen Abdennour, 9,5 millones en Aderllan Santos e incorporó a jugadores que tampoco rindieron como Zakkaria Bakkali o Danilo Barbosa.
El despido de Nuno en noviembre de 2015 dejó un vacío no solo en el banquillo valencianista sino también en la dirección deportiva. Un viejo conocido del club como Suso García Pitarch vino para ejercer esta función. El verano de 2016 también fue decepcionante en el apartado de fichajes. El Valencia CF vendió a André Gomes y a uno de los llamados a ser ídolos del valencianismo como Paco Alcácer. La venta del de Torrent al FC Barcelona se produjo en los últimos días de mercado y agravó la tensión entre la afición y la propiedad, pues una vez más se veía como el destino deportivo del equipo era incierto.
La primera mitad de temporada fue desastrosa. Ayestaran fue despedido como entrenador y su sustituto, Prandelli, abandonó desesperado el barco tras 10 partidos. Poco después, García Pitarch anunció su dimisión en una rueda de prensa en la que el dirigente dio su opinión sin tapujos acerca del trabajo de los dueños.
José Ramón Alesanco fue el encargado provisional en la dirección deportiva, que ya había dirigido en la cantera del Valencia CF. Fue un paso efímero. Pero con la aparición de Mateu Alemany como director general y de Marcelino García Toral en la confección de la plantilla, el club se olvidó de él y se apoyó en Vicente Rodríguez que llegó a convivir con Pablo Longoria. El que fuera santo y seña del valencianismo dejó de ser secretario técnico del club por profundas diferencias profesionales con Longoria, máximo responsable del área.
El zurdo se hizo cargo de la confección de la plantilla tras el adiós de Suso García Pitarch y Prandelli en un invierno en el que llegaron Zaza y Orellana. Desde ese momento mantiene una estrecha colaboración con Mateo Alemany y Marcelino, en especial en el primer verano de estos en el club. La llegada de Longoria fue modificando esa situación.
Pero con la aparición de Mateu Alemany como director general y de Marcelino García Toral en la confección de la plantilla, el club se olvidó de él. Aunque la irrupción de Alemany suscitó dudas, por el historial de parches sin efecto que ya había puesto Lim, el mallorquín y Pablo Longoria comandaron un proyecto que volvió a poner al Valencia en la élite. A lo largo de esta etapa también hubo incertidumbre, y situaciones como el despido de Vicente por sus diferencias con Longoria o el mal inicio de temporada en el año del centenario. Sin embargo, Mateu, Longoria y Marcelino lograron crear uno de los vestuarios más unidos que se recuerdan en los últimos años. Además, el legado de Alemany va más allá de lo deportivo.
El penúltimo viraje en la estrategia del club se produjo con el cese de los responsables del proyecto deportivo de las últimas dos temporadas, Mateu Alemany, Marcelino y Pablo Longoria. Fue con la temporada empezada, sin margen de maniobra y condenando, como se ha visto después, a una temporada La nueva dirección deportiva en funciones comandada por Anil Murthy y Jorge López no es la primera etapa provisional en el club blanquinegro.
En enero llegaba César Sánchez al frente de un equipo en el que su mano derecha era Miguel Ángel Corona y que integraba a Jorge López, que tiene contrato en vigor con el club y que sigue. Aterrizados con el mercado de invierno acabándose, ni tan siquiera fueron presentados oficialmente. Sin margen de maniobra, a la primera decisión que Peter Lim le dejó en evidencia, César prefirió dimitir e irse a casa. Se pone fin al séptimo proyecto deportivo que amenaza seriamente con fracasar. Sin Copa, sin Champions y alejado de las primeras plazas, ha vuelto a confiar en Voro para enderezar la nave.