Mi debut en la Catedral, en San Mamés, lo tengo bastante difuminado… las emociones suplantan a los hechos... Recuerdo que fue en un partido contra la UD Las Palmas… empate… un uno uno... cierta tristeza infantil por ello… Las sensaciones, supongo, fueron similares a las de cualquier niño para los que el Athletic Club era una parte muy importante, gracias a la educación familiar, de nuestra vida afectiva.
En cambio, sí recuerdo con nitidez el diciembre en el que cumplí siete años y mi aita me hizo el mejor regalo al que podía aspirar: me comunicó, tras el ritual que la situación requería, que a partir de ese momento era Abonado de Tribuna Norte.
En aquella época, en la Misericordia, como era conocida la tal tribuna, las dos primeras filas correspondían a socios y, en consecuencia, disponían de su correspondiente asiento; el resto de aficionados, entre los que ya me podía incluir, permaneceríamos de pie y sin localidad fija.
Esta nueva, para mí, situación, añadida a mis escasos 110 centímetros, me obligaban, si quería tener una visibilidad decente, a unos cambios importantes. Por un lado, comer a horas intempestivas y en soledad, puesto que San Mamés se abría hacia las 14:00h. y a esa hora había que estar allí para, en modo encierro, esprintar hasta la localidad más próxima al terreno de juego.
Daño colateral: renunciar a los exquisitos y dulces postres con los que amama se adornaba, pero que nunca pudieron competir con la ilusión de ver a “mi” equipo…
Por otro, y no menos peliagudo, encontrar un mártir -generalmente obligado por la patriarca familiar- que no permitía que su nieto tan joven fuera solo por la calle, para que me aparcara en la puerta correspondiente del campo, tras rogar al boina roja allí destinado que, por favor, me “echara un ojo” de vez en cuando. Si el mencionado mártir era rápido, incluso llegaba al segundo plato.
Aunque siendo sincero, nunca estuve solo en esa espera: iba pertrechado con el correspondiente “Hazañas bélicas” (si lo había dibujado Boixcar ya era lo más) que, por cierto, nunca sobrevivió al partido puesto que su misión era volar, roto, en el momento en que marcaran Arieta, Artetxe, Markaida, Uribe, Merodio…
Cierto es que de lo que sucedía en la portería de Capuchinos me enteraba poco, pero vivía como auténtico protagonista los acontecimientos de la de Misericordia. Además, teniendo en cuenta que el Athletic salía por la bocana más próxima, siempre calentaban en “mi” portería y, entonces, nada ni nadie podía impedir que desviara la vista y no percibiera hasta el más mínimo gesto de aquellos superhombres que habían alcanzado lo que para mí era un sueño.
Nunca olvidaré las pícaras bromas de Artetxe a Carmelo, la seriedad clásica de euskaldun de Félix Markaida, la contagiosa alegría de Mauri, el porte elegante de Jesús Garai, la zurda de Armando Merodio… y tantos y tantos entrañables detalles.
Tampoco se borrarán de mi mente esa General descubierta y llena de paraguas en los días lluviosos (fútbol, deporte inglés y de invierno) que en un alarde de ingeniería popular no impedían, deduzco, la visión; el silencio expectante que se podía percibir, hasta que el inigualable “Rompecascos” nos aglutinara con su potente Athleeeeeetic!, y todos respondíamos, entregados; la unánime despedida a nuestros héroes como exponente de la comunión público / equipo…
En fin, por estas añoradas vivencias hay momentos, cada vez más frecuentes, en los que pienso que no sólo para el Athletic, sino para el fútbol en general, “cualquier tiempo pasado fue mejor”.
BENETAKO ATHLETIKOA BULTZATZEA!
Una 'manita' del Bilbao Athletic
Jupp Heynckes & Julen Guerrero
Una 'Catedralada' rumbo a la UEFA
Cantamos 'Geuria da ta Geuria da…'
50 años viviendo en rojiblanco
Taquicardias con el 'Txopo' Iribar
Un penalti de pillo de Piru Gainza
Iribar era mi héroe y no me defraudó
Tirando almohadillas como un poseso
Un juvenil que debuta con goleada
Lo increíble de pisar la hierba
El Athletic Club de mi Familia
Lo mejor del Athletic es la gente
Marea de niños y madres con banderas del Athletic
De Ricardo Zamora a la Lejía el Conejo
La final de UEFA contra la Juve
Para mi San Mamés es el estadio de los estadios
El día que fui jugador del Athletic
De la mano de Iru en el homenaje a Goiko
Feliz en un Athletic-Burgos sin goles
Atento al despiste del boina de la entrada
“Ese es un anti-Athletic”, apuntó mi padre
Un gol de 'Rocky' Liceranzu como una gabarra
De las chuches de niño a ir al Flower
El viaje iniciático de Manolo Delgado
El gol de Julen Guerrero a los rusos
“Rompecascos” nos aglutinaba con su potente ¡Athleeeeeetic!
Vinagre y polvorón para Jon Andoni Goikoetxea
El Athletic son muchas primeras veces
Con ojos sólo para Ruiz Igartua